De igual forma, la corporación nipona Hitachi afirmaba que había hecho una oferta al Banco de Europa con sus «Mu-chips», es decir, unos microchips de radiofrecuencia (microchips RF, RFID) pasivos de un tamaño inferior a medio milímetro, que irían entrelazados en el tejido del billete (inapreciable para el usuario). Esos microchips posibilitarían el Seguimiento de Billetes. El Seguimiento de Billetes acabara con la economía sumergida, el aumento de ingresos fiscales por el afloramiento de este dinero negro sería muchas veces superior a la cantidad invertida. Incluso se podría fiscalizar el rentable negocio de la prostitución con impuestos especiales.
Cada chip de cada billete tiene su número de identificación para que con medios electrónicos ya existentes el banco central europeo controle el movimiento (transacciones, etc) de todos los billetes de euro desde su superordenador, y así se hará un seguimiento de cada billete de euro. Y también hará un seguimiento de todo tipo de transferencia monetaria en Europa como pagos electrónicos, con cheques, etc. Los microchips RF (RFID, identificador de radiofrecuencia) son como emisoras de radio reducidas a un tamaño mínimo. La información que emiten debe ser recogida por un aparato lector. Estos microchips pueden ser de dos tipos: pasivos o activos.
Los microchips RF pasivos no se alimentan de pilas ni de baterías ni de nada similar. Los microchips RF activos necesitan nano baterías para funcionar. Los pasivos pueden durar indefinidamente mientras que los activos dejan de funcionar cuando se les acaban las pilas. Pero los activos, aun emitiendo siempre una señal tipo baliza, les puede durar su minúscula pila durante muchos años gracias a la poca energía que consumen. Algunos pueden medir menos de medio milímetro. Otros pueden ser grandes pero planos, igual que un sello. Los activos pueden emitir a varios kilómetros de distancia. Incluso la señal de algunos es captada por satélites. Los activos pueden ser regrabados por el propio aparato lector y los pasivos no suelen serlo.